Londres: El reencuentro 2/2

25 de Febrero

Ese día teniamos planeado excurión a los acantilado de las Seven Sisters (Seaford).

(Ver antes el video)

Ésta es la foto que me hizo Alice mientras grababa parte del video.

Fue estupendo encontrarnos en mitad de la naturaleza. 

Para llegar allí primero cogimos tren hacia Seaford. Desde la estación subes por la calle principal y en frente del Tesco (no tiene perdida porque se ve enseguida) se encuentra la parada de autobus que te "acerca" a los acantilados (y suele pasar cada poco tiempo). En caso de duda, preguntar al conductor.
Una vez en la parada te metes en mitad del campo, literalmente. Al principio hay un caminito pero después es atravesar el campo. Cuando te encuentres con una valla con puerta, tú pasas tranquilamente (no olvides cerrarla detrás de tí) Es divertido caminar entre vacas y ovejas.
Lo curioso (y una pena que se me olvidara hacer fotos) es que había varios bunkers.

Al final encuentras una playa de piedras. Allí nos sentamos y comimos. Ya era bastante tarde y llevabamos una gran caminata.

Era una relajación total. Sentadas, en silencio, mirando al vacio. Fue una sensación maravillosa.

Al cabo de un rato decidimos subir a lo alto de los acantilados. ¡Todo era espectacular! 

Es un sitio genial para pasear y relajarse.
La verdad es que no me pude resistir a asomarme a los acantilados. ¡Qué miedo! 

Al regreso de la excursión por el campo, Alice nos llevó al restaurante japonés dónde trabajaba: Atari-ya.

¡Comimos muchísimo! Es que el campo abre el apetito jajaja Y nos dimos una paliza, la verdad sea dicha.

Os dejo sólo una foto del festín que nos dimos.

26 de Febrero

Si estas en Londres y no visitas un mercadillo, es que no estás en Londres.

Entre todos los que hay, Alice deció llevarme al de Brick Line (que se realiza en domingo)

Es un "mercadillo" bastante extenso. No sólo encuentras puestos en las calles o en las diversas galerias, si no que tambien utilizan los edificios que entre semana son parking para que los días del mercadillo los ocupen los vendedores con sus puestecillos.

Lo primero que hicimos fue ir a la zona de la comida (que ha miles de puestos de todo tipo y clase de comida que te puedas imaginar) para poder saciar nuestra hambre.

Compramos ricos obentos

Después de comer nos dirigimos a la zona de los puestos Vintage. ¡Vi maravillas! ¡Demasiadas!

Normalmente no te dejan hacer fotos (en caso de duda siempre preguntar). Asi que no tengo muchas fotos.

Después de ver un montón de puestos y babear. Nos encontramos con este puestecito de dulces (Alice ya le había echado el ojo en sus anteriores visitas). Lo díficil era  decidir qué no comprar.

Alice me regaló esta coronita que vendían en una de las tiendas. Me la dejé puesta todo el día.
Feel like a princess (Princess of pirates hahaha)

Por la tarde, un poco de cultura. Otra cosa que tiene Londres son museos, muchos museos y muchos de ellos gratis.

Elegimos ir al Natural History Museum (gratuito). Como ya comenté en mi entrada anterior, me sorprende la cantidad de zonas interactivas dónde el visitante puede jugar, ver, experimentar para comprender lo que te están mostrando.
El museo es enorme, y no nos dio tiempo de verlo entero, sólo vimos ciertas zonas.
Una de ellas estaba dedicada a los terremotos. En esta zona hay un mapa del mundo que te muestra en tiempo real las actividades sísmicas. Me gustó bastante.
Como ejemplo de lo que se siente en un terremoto, hay una habitación que recrea un supermercado en Kobe que cuando estas allí tranquilamente de repente todo empieza a moverse simulando el gran terremoto que hubo en 1995.  Imaginaos qué sensación.

Luego pasamos a la zona de los dinos.

Esta foto con el esqueleto completo de un Diplodocus se la dedico a mi querida Angie, para mí la mejor la paleontóloga del mundo mundial.

La zona de los dinosaurios es enorme y muy completa. Recomiendo que vayáis, eso sí, con bastante tiempo.

El Edificio por fuera es una preciosidad.

No muy lejos de allí está el Harrods, pero a esas horas ya estaban casi cerrando, asi que nos fuimos al Starbucks de enfrente a descansar y a saludar a nuestra amiga Elena.

Al día siguiente cogía el avión de regreso a Madrid. Habían sido cuatro días muy intensos y maravillosos. No cabía duda que mi resentimiento con la ciudad había desaparecido por completo.

Cuando me quise dar cuenta en Junio estaba otra vez allí, y en Septiembre volveré.

Ahora, seguiré relantado con tranquilidad mi viaje de Junio (que era mi intención desde el principio), estas tres entradas eran sólo para poneros en situación.

Merkades